Senderismo

Esta experiencia es ideal para quienes buscan:
Marcar un antes y un después en su vida.
Sanar, recargar energía y reconectar con tradiciones ancestrales.
Vivir un viaje profundo de autodescubrimiento en comunidad.

Si sientes el llamado a un cambio, este es el lugar perfecto para renacer.

Día 1
La experiencia comienza al amanecer, saliendo de la Ciudad de México rumbo a Milpa Alta, uno de los rincones más auténticos del sur de la capital. Tras compartir un desayuno en comunidad, el grupo participa en una dinámica de presentación que marca el inicio del viaje: una invitación a dejar atrás la rutina y abrirse al camino.

La caminata inicia entre senderos rurales rodeados de naturaleza viva, con pausas para descansar, compartir un lunch y participar en una dinámica guiada por el equipo de Introspecta. Cada paso se convierte en una oportunidad para reconectar con uno mismo y con los demás, acompañados por el silencio, las montañas y la energía del entorno.

Por la tarde, el grupo llega a Santo Domingo y, posteriormente, al espacio de Temachtiani, un hospedaje rodeado de naturaleza donde el descanso y la introspección toman protagonismo. Después del estiramiento y un baño reparador, se comparte una cena cálida antes de reunirse alrededor de la fogata para vivir una dinámica grupal bajo las estrellas.

El día cierra con quietud y reflexión, en sintonía con el espíritu de Amatlán, tierra de tradiciones ancestrales y energía mística.

Día 2
El segundo día comienza con un estiramiento restaurativo al aire libre, un espacio para despertar el cuerpo y asimilar la calma del entorno. Después del desayuno, el grupo participa en una activación de Kin Maya, una experiencia que invita a explorar el significado personal dentro del calendario sagrado maya y a conectar con la energía del día, guiando la intención del cierre.

Al mediodía, llega el momento más simbólico del viaje: el temazcal. Dentro del calor y el vapor, acompañados por cantos, hierbas y silencio, los participantes atraviesan un proceso de purificación física y emocional que representa un renacimiento. Es una experiencia ancestral que une cuerpo, mente y espíritu, dejando una profunda sensación de renovación y gratitud.

Tras el temazcal, se comparte una comida comunitaria en un ambiente de celebración tranquila y reflexión. Finalmente, el grupo emprende el regreso a la Ciudad de México, cerrando el viaje con la sensación de haber soltado lo innecesario y reconectado con la esencia interior.